Mi viejo amigo Rolando Quintana, flautista y arquitecto – «el infante”; aún sigo recordando el sonido que lograba extraerle a su instrumento cuando estudiábamos en la ENA – me envió hace unos días un mensaje a través de Facebook, en el que adjuntaba un link de Youtube con Les Barricades Mistérieuses para clavicémbalo del compositor francés François Couperin. Antes de su despedida habitual, que siempre me provoca una inevitable sonrisa – “¡Bueno… ta’ bueno ya!” – me explicaba cuánto le había gustado ese “descubrimiento”, así como la actualidad que tenía la breve y modesta composición del gran compositor galo. La escuché con agrado, no sin cierta sorpresa y a pesar de haberle respondido en primera instancia que creía conocerla – en realidad la confundía con otra pieza y no precisamente de Couperin – el escucharla detenidamente me llevó a reflexionar sobre ella y su creador. Les Barricades Mistérieuses forma parte de cuatro libros de suites – Couperin las llamó ordres – para clavicémbalo con un total de 220 piezas. El Segundo Libro (Deuxième libre) escrito entre los años 1716 – 1717 es el que contiene Les Barricades Mistérieuses como quinta pieza de la Ordre No. 6. La aparente sencillez que insinúa una primera lectura o escucha de la partitura nos muestra con absoluta claridad el Estilo Galante que caracterizó al barroco francés y que históricamente ha estado representado siempre por el propio François Couperin y – por supuesto – por Jean-Philippe Rameau. Pero lo más asombroso que tiene esta obra, en mi opinión – que coincide totalmente con la de mi querido amigo – es que su carácter tan diáfano, espontáneo y atemporal se adapta sin ningún tipo de limitación a mucho de lo que suena en nuestro entorno en la actualidad. Les Barricades Mistérieuses podría formar parte de la banda sonora de cualquier película realizada en estos tiempos, o ser incluida en alguna selección de música para piano que esté dentro de la órbita del New Age o incluso de determinado tipo de música pop instrumental y muy pocos se percatarían de que ha sido escrita hace casi trescientos años. Es digno de mencionar que François Couperin, además de haber ejercido notable influencia en grandes maestros de la tradición musical de occidente, como Juan Sebastian Bach o Johannes Brahms; ser objeto de admiración de compositores como Richard Strauss y Maurice Ravel – cuya magna obra Le Tombeau de Couperin da fe de esta afirmación – y de intérpretes e investigadores de la música antigua, de reconocido prestigio como Jordi Savall, fue un visionario y un adelantado a su época – según la opinión de muchos expertos, también fue uno de los pioneros de la música programática – y Les Barricades Mistérieuses son una prueba más que tangible de eso. A continuación les dejo el video de Youtube – el mismo que me fue enviado – que, para fortuna de esta entrada, nos muestra también la partitura. ¡Disfrútenlo y feliz verano tengan todos!
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